Junto a la música y casi siempre asociada con ella, la décima espinela ocupa un lugar privilegiado en la cultura cubana. Esta estrofa ha sido, desde los orígenes de la literatura, el modo de expresión literaria preferido por los poetas populares y el único usado por los improvisadores.
La décima en Canarias no tiene el mismo arraigo que en Cuba, pero si mucho más que en la península ibérica. Canarias, dice Maximiano Trapero sigue siendo –también en esto- el puente que une las dos orillas. En Canarias, como en América, la décima es manifestación predilecta de la musa popular, a veces festiva, a veces amorosa, a veces sentenciosa y siempre original; síntesis del alma del pueblo.
La mayoría de los decimistas actuales, populares y cultos siguen denominando a su estrofa espinela en homenaje a su creador. Nieves Clemente usa ese nombre como seudónimo.
Nieves Clemente, es hija de la famosa decimista palmera nacida en la Villa de Mazo, en 1933 La Garrafona. Y no sé si es por voluntad de continuidad, pero lo cierto es que la madre, da paso a su hija, quizás para asistir de nuevo a su propio nacimiento. Y quiero añadir como nota curiosa que ambas, empezaron a escribir a edades más bien maduras, tardías.
Y fue precisamente la Garrafona, quien introdujo a la Nieves en ese mundo, cuando desanimada, al ver que la estrofa no se cultiva como antaño, y que permanece en manos de personas mayores, piensa que va a caer en el olvido, y le comenta a Nieves:
-¡La décima se muere, se muere! ¿Por qué no haces un proyecto para recuperarla?
Y sin pensarlo mucho, un día Nieves se enfrenta a la pantalla en blanco, se enfrenta a su íntima verdad e igual que si hubiese entrado en trance, siente como llegan los versos, y crea un blog que llama La Espinela de las nieves y, en él encuentra el cauce apropiado para promocionar la décima, para que no se extinga. Así se abre otra puerta, una puerta que nos recuerda a la que guardaba el dios Jano, el de las dos caras, en este caso la senectud y la madurez de dos decimistas palmeras.
Un arte poético que habla del amor y el desamor, que sirve para la sentencia, la crítica y la sátira, y en que La Espinela Espinel, es horizonte, vivencias, acercarse a otros con un lenguaje gozoso de esa penetrante y exclusiva emoción que aviva la sensibilidad humana, con temas muy variados en los que nos muestra: lo social y lo íntimo, la naturaleza paisajística y el mundo animal, lo religioso, la moral y el placer.
Nieves, es una mujer extrovertida, afable, un ser que le gusta participar, contribuir a cuidar el extraordinario entorno natural de la isla de La Palma. Pero Nieves lleva bastante tiempo dedicándose a esto de las palabras, de hecho, ha participado en la radio Canal 11 de La Palma y también ha publicado poemas en diversos periódicos digitales y de papel, entre otras actividades.
Ahora quiere contribuir a la salvación de la décima con un lenguaje que, a veces, puede parecer caricaturesco en el manejo de las prácticas lúdicas o eróticas, pero ella lo salva con sentido del humor, instrumento que maneja con soltura.
Y escuchamos la voz de la poeta:
Yo tengo un consolador
de nombre puse Reimundo
me cobija en lo profundo
¿y vibra?, bueno, ¡¡¡ lo mejor ¡¡¡
Así me dijo el vendedor
pá vender tamaña pieza
pues él no siente pereza
y del placer sabe cuentas
no suele llevar las rentas
del corazón sin cabeza.
Y en la décima Aleluya, se observa la feminidad de la poeta, su manera de pensar y de decir, casi en una súbita erupción, con ese juego de palabras y con frases:
¡¡Aleluya!!, por los hombres
que mis carnes han tocado
sólo por ver lo alocado
locos serán sobrenombres.
Yo les pongo los pronombres
por hacer de bien justicia.
Bendigo cada caricia
por mi cuerpo regalada
yo la querida, la amada
la que recuerda a la brisa.
Su libro es el resultado poético de una decimista popular que busca las raíces de la décima, abraza la tierra y aborda las curvaturas que afectan al proceso del desarrollo social, político, humano, así como lo espiritual, lo penoso, lo festivo, lo amoroso. Ahí están las palabras prestas a dispararse con sensibilidad y compromiso, porque la Espinela Espinel va encaminada a la búsqueda de un mundo más justo, más bello y más feliz. Y para ese objetivo elige la décima como forma poética y consigue que lo cotidiano se vuelva bello, consigue decir lo que no quiere callar.
Pobres de luna con llanto
sin derecho a pan o escuela
ni el cariño de una abuela
ni que los cubriera un manto.
Por ello elevo mi canto
a los parias de este mundo.
Vaya mi sufrir profundo
en lo rojo del tintero,
por la muerte en el madero
que el amor nos sea fecundo.
Y refleja el intenso vínculo particular con Cuba en la décima «Mi casa»:
En mi casa de portón
dos palmeras elegantes
de Cuba por ser galantes
…las traje en mi corazón.
Símbolo de poder “son”
de mi fortuna antillana.
Fue la emigración cubana
un deslumbre de arrogancia
dando en salones prestancia
se fuma, como en la Habana.
No hay que olvidar que Canarias, era criolla, miraba hacia América y la emigración masiva a Cuba formó parte, durante décadas, de la vida de tantos canarios, que emigraron y que retornaron, de tantos isleños que necesitaban calmar la pobreza. No hay que olvidar que para ellos Cuba fue la “tierra de promisión”.
La décima es la estrofa más iberoamericana de las estrofas y ha sido una de las preferidas por autores hispanos americanos como José Martí, Amado Nervo, Nicolás Guillén. También Lope de Vega, Calderón de la Barca, Cervantes, Quevedo y Góngora entre otros.
Nieves Clemente, ha escogido la décima, como estrofa, para romper opiniones, desgarrar la piel e interpelar en esos fondos insobornables que hay en nosotros. Y sin dejarse llevar por la pasión que la décima le despierta, y la gran tradición que tiene en las Islas Canarias, disfruta La Espinela Espinel de su sonoridad musical y su ritmo. Características que hacen de su lectura y memorización algo: atractivo, sencillo y divertido, por eso al final del poemario hay un apartado didáctico, un banco de actividades lúdicas y entretenidas con el fin de que los niños y las niñas manipulen, inventen, dibujen y, en definitiva, jueguen con todas y cada una de las décimas.
Nieves Clemente, poeta que nos ofrece ese aroma sensual y pícaro que la caracteriza.
Una decimista que logra que sintamos el vuelo de la tempestad humana, el anhelo que ella posee por conectar con el otro.
Autora: Rosario Valcárcel.