La Seda

La Seda

Compuesta de seda fina
en los telares palmeros
abramos los costureros
¡despliegue en vela latina!
Se le convida vecina
a la muestra del telar.
Es La Palma aquel lugar
único país del mundo
que muestra en lo más profundo
a la moral ver rebrotar…

Me cuentan que de muy lejos
«las clementes tejedoras»
del tejer conocedoras
demostraban alberejos.
Eran sus ojos espejos
al ver brotar la semilla.
¡Habrá pan en la escudilla!
y el escobón preparado
un moral que acaudillado
criaba: ¡La maravilla!.

En mi pajero atesoro
el bien preciado de China»
¡que belleza en la vitrina!
«borda en pozuelos decoro.»
La palmera teje en oro
el manto de su patrona.
pues la zeda de esta zona
«isla de mi corazón»
se guarda en ilustre arcón.
pues vieja sabia nos dona.

Mis crisálidas crecían
con buena mano en el cuido
escuchando su latido
sus mariposas traían.
en «chamusquina» venían
del invisible, el radiante.
y la rueca con su cante
al huso le tuerce el hilo
pone La Palma, en estilo
de «gracia» su buen talante.

¡Oh! moral de poesía
nacido en tierra palmera
siempre sembrado a la vera.
del bancal que sostenía.
la madre tierra traía
tus copas en verdes hojas.
dulce manjar con que mojas
tus labios bien allegados
disfrutan enamorados
con la pasión que la escojas.

Cuando al llegar de la escuela
el cazo me está esperando
es que una mora pintando
a mi abuela, desconsuela.
hay que brincar la cancela
y subirse a la «pincora».
Ferviente conocedora
de medicinales cuidos
pues con gofio son servidos
los manjares que atesora.

Y en un inciso lector
siendo la mente traviesa
al visitante confiesa
que, en La Palma da esplendor.
llegando el conquistador
los morales son sembrados.
Y con mimo los arados
surcan nebrudas raíces
saludando a los países
entre sedas de brocados.

Se descuelga del «chamizo»
de cinabrio va mugrienta
pero se muestra contenta
prendida la leña y tizo.
busco el hilo haciendo un rizo
un capullo en borbotón.
Morales y seda son
de culturales ancestras
las sabias manos maestras
guardianas de la estación.

La Palma mantiene en llama
la gloria de sus telares
es lumbre de sus hogares
de antigua llega la fama.
A la sombra de su rama
¡campesina primorosa!
Luciendo a «la maga hermosa»
al rebozo de su gaza
prendiendo desde la plaza
sus sedas de mariposa.

De esta guisa me despido
querido amigo lector
que La Palma, en su verdor
en moral es bendecido.
Mostrando en su recorrido
ser del campo capital.
Pues de un humilde retal
el pañuelo luce al pecho
que en la seda que cosecho
la cultura sea caudal.

Autora:

Nieves Clemente